miércoles, 15 de junio de 2011

LAS TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS EN LAS CULTURAS ORIGINARIAS

El desarrollo de las tecnologías en las culturas originarias ancestrales está ligado al desarrollo de medios didácticos en la creación, desarrollo y perpetuación de conocimientos prácticos en diferentes actividades productivas, infraestructurales, artísticas y otras. De ahí, la importancia de concretar su aporte en la actividad educativa; porque estas tecnologías han ido pasando de generación en generación, venciendo el paso del tiempo y otros factores adversos como la colonización. No fueron creadas para un fin exclusivamente didáctico, sino que la actividad educativa estaba íntegramente ligada a la actividad productiva.
Las tecnologías de las culturas originarias se desarrollan en directa relación con la madre naturaleza, como parte de su cosmovisión y espiritualidad. Las prácticas productivas significan su vida misma, porque se sienten parte de ella; esto marca una relación totalmente diferente de la concepción que se tiene de la naturaleza en el mundo occidental.
En muchos casos estas tecnologías tienen origen ancestral y perduran hasta nuestros días. Vencieron el paso del tiempo y perduran hasta nuestros días, sin que haya existido centros de formación técnica, ni instituciones superiores de formación universitaria, destinados a la formación tecnológica porque estos conocimientos fueron transmitidos de padres a hijos de generación en generación, como actividad práctica cotidiana; lo que refleja un proceso educativo que marca un sistema diferente a la educación sistemática que conocemos hoy, un proceso educativo donde precisamente las actividades prácticas fueron los medios y recursos didácticos que facilitaron la asimilación y aprendizaje de las tecnologías en la vida.
La cosmovisión andina es la matriz de su tecnología. Es muy fuerte entre los investigadores del mundo rural andino la idea de que los descubrimientos recientes en el mundo andino rompen con el mito de la tecnología única y universal, monopolio del Occidente y ejemplar para el resto del mundo
Rodolfo Kusch, filósofo argentino, que realizó profundas investigaciones de campo sobre el pensamiento indígena y popular americano, destaca que el modo propio de pensar del aymara y su modo de vincularse mediante el trabajo con el mundo natural-es decir: su tecnología- no se guía por la lógica de la causalidad eficiente que sería el punto de partida occidental. Esta es la lógica propia del pensamiento científico europeo, que ofreció un guión metodológico para el desarrollo de las Ciencias Naturales y del sistema tecnológico occidental. „El pensamiento del andino, en cambio, es un pensamiento «seminal», que sigue el modelo de los procesos biológicos: acontecimientos y cosas «se dan» como en el reino de la flora y la fauna. Brotan por la fuerza vital y generadora del universo divino –Pachamama crecen, florecen, dan fruto y se multiplican cuando las condiciones son favorables y cuando son cultivados con cariño, respeto y comprensión.
La cosmovisión del andino, según varios autores, es una cosmovisión religiosa y su tecnología es una tecnología religiosa que –a la vez de ser un modo «técnicamente» adecuado y eficiente del trabajo productivo- expresa el sentido religioso que para él tiene su trabajo. En realidad, todas las actividades económicas productivas del hombre de los Andes están acompañadas y enmarcadas por ceremonias religiosas de producción:
En todo momento, el campesino acompaña su trabajo con pequeños gestos rituales o con amplias ceremonias de producción. Con razón hablamos de una segunda dimensión, porque lo religioso está presente en todo momento del ciclo agrícola desde la preparación de la tierra y la siembra hasta la cosecha y la limpieza de los canales; asimismo, el ciclo pastoril-ganadero, las labores de construcción de casas, y caminos, corrales y canales; las faenas mineras, las transacciones de canje y de compra-venta, los viajes de comercio y los traslados trashumantes, los trabajos artesanales en greda y lana, en piedra y madera, muy en particular el arte de la medicina andina está enmarcado en un ritual muy amplio y diversificado que en formas simbólicas prepara y favorece la labor terapéutica del curandero. En particular el ritual terapéutico se presta, de una manera eminente para el estudio del ritual productivo y la dimensión simbólica de la tecnología andina.
La tecnología andina está centrada en el agro y tiene sus mayores logros en una sofisticada producción de vida, salud y bienestar –no solo para los humanos, sino también para los Huaca (es decir divinidades) y la Sajlla (naturaleza silvestre). En este sentido, tecnología y trabajo es para el andino cultivar la vida en el sentido más amplio, digamos ecológico, de la palabra. La definición andina de tecnología…, sería: saber criar la vida, y saber dejarse criar por la vida.
“Los estudiosos de la cultura andina entienden que precisamente la forma en que se manifiesta el diálogo del hombre andino con el entorno se expresa en su relación con el agua; en la construcción de canales, acequias, represas, la captación de manantiales, además el movimiento de tierra para captar la humedad, los camellones, etc., expresiones de la tecnología andina que aún sigue sorprendiendo a los investigadores, ejemplos de ello existen aún en los Andes, a orillas de los lagos Titicaca, Poopó.” (SOZA: 2009)