lunes, 11 de julio de 2011

Utilización de las TICs en Latinoamérica

Reflexionemos sobre lo que escribimos al inicio y lo desarrollado en el tema para plantear acciones concretas respecto a ¿de qué manera podríamos aprovechar todo esto en los procesos educativos actuales?, para plasmar la respuesta identifiquemos cuatro posibilidades de acción y anotemos las mismas debajo lo escrito inicialmente y presentemos ambas respuestas a la plenaria.

Como consecuencia del coloniaje, los conocimientos y las prácticas tecnológicas de las culturas originarias fueron minimizadas, subsumidas y hasta sustituidas, por los conocimientos y prácticas occidentales. En esa realidad, en el ámbito educativo se desarrollaron en cada uno de los países latinoamericanos sistemas educativos con una fuerte incidencia de forma y de fondo del sistema educativo del mundo occidental; de manera que esta característica enfatizó como avances y mejoras didácticas en el proceso educativo el uso de recursos y medios tecnológicos.

En este ámbito se identifican como precursores de la tecnología educativa a los Sofistas (profesionales que cobraban por sus enseñanzas, de índole práctica, como el enseñar a hablar en público y a persuadir con la retórica), ya que fueron los primeros en abordar los problemas asociados con la percepción, la motivación, diferencias individuales y evaluación, su participación cobra significación por cuanto desarrollaron una metodología de enseñanza apoyada en la realización de conferencias, organización de la materia, debates sobre temas fijos e improvisados y algunas veces, comentarios de textos poéticos.

Otro precursor importante fue Juan Amos Comenio, considerado Padre de la Pedagogía (inventor del libro de texto), quién en su obra “Didáctica Magna” (1630) planteó la necesidad de utilizar en la enseñanza medios que incluyeran además de los códigos verbales, imágenes con un diseño específico para favorecer la comprensión del niño.

Comenio planteó en su método de enseñanza una serie de principios que siguen vigentes actualmente, por ejemplo, la necesidad de que todo proceso de formación tenga una aplicación práctica para la vida, que los contenidos deben ordenarse de acuerdo a su dificultad, etc.

Rosseau, Pestalozzi, Froebel y Herbart son también considerados como precursores por cuanto resaltaron el “paidocentrismo", que concebía al niño como el eje de todo el proceso educativo y en este sentido planeaba programar métodos y materiales apropiados a las necesidades infantiles y adaptarse al desarrollo "natural" del niño.

Desde la década de los 70 con el uso de diferentes programas con variados diseños metodológicos fueron implementándose diferentes experiencias en Latinoamérica en procura de usar las tecnologías de la comunicación y la información en la actividad educativa, en función de un avance vertiginoso que permitió realizar innovaciones en el uso de diferentes medios tecnológicos con el propósito de mejorar la calidad educativa.

Los esfuerzos por estar a tono con las innovaciones educativas, filosóficas, artísticas, científicas y tecnológicas, han sido y siguen siendo un empeño quijotesco; puesto que, por ejemplo, Latinoamérica ha tenido que enfrentarse a lo largo de su historia moderna con corrientes, modelos y escuelas europeas, y en el último siglo norteamericanas, como alternativa para no ser excluida del contexto global de la cultura. Entre esa crisis, América Latina tuvo que vérselas con los medios de comunicación social: con la radio, el cine, la prensa y un importante papel en el ámbito formador de poblaciones postergadas con respecto a los nuevos procesos políticos, culturales y económicos.

A partir de las décadas de los 70 y 80, la educación para los medios de comunicación ha contado con múltiples programas, con diseños metodológicos diversos y con una amplia variedad de corrientes ideológicas y fundamentos teóricos. De manera que, frente a los contextos que se preocupan por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación como nuevos instrumentos educativos o en su uso como herramientas didácticas, en Latinoamérica el énfasis se dio en la necesidad de educar en la recepción activa y crítica de los mensajes que producen los medios masivos de comunicación.

Por otra parte, es importante reseñar las reuniones de la Organización de Estados Iberoamericanos, OEI, a partir de 1994, impulsando programas de innovación didáctica y de análisis crítico de los medios de comunicación masiva, direccionados hacia el Programa "Prensa-Escuela" con responsabilidad de los Ministerios de Educación, de Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Perú, Uruguay y Venezuela. Según la Revista Comunicar No. 3,de 1994, el objetivo general definido para estos países fue “incorporar los medios de comunicación como elementos didácticos en la actividad cotidiana del aula, utilizándolos tanto en los contenidos curriculares como en las actividades que tiendan a la capacitación del niño y del adolescente, a fin de que pueda formular criterios de selección frente a las propuestas de los medios de comunicación, incentivar su interés en la búsqueda de información, estimular su creatividad y mejorar sus estrategias cognitivas". Así mismo se propusieron los principios de: transversalidad, pluralidad, autonomía, actualidad, anticipación e interculturalidad.

Con la finalidad recurrente en toda Iberoamérica de estimular la conciencia crítica y una actitud más activa y creativa ante los medios de comunicación, desde la década de los ochenta desde el ámbito gubernamental -Ministerios de Educación, fundamentalmente- como desde ONG´s (organizaciones no gubernamentales), se desarrollan, en Latinoamérica un amplio conjunto de experiencias, cuyos destinatarios son tanto niños y jóvenes en período de educación formal, como grupos comunitarios, preferentemente populares.

Las experiencias abarcan todos los medios de comunicación, siendo las más comunes las que hacen un tratamiento global de la comunicación, independientemente de sus soportes; sin embargo, también se desarrollan proyectos concretos que trabajan la prensa, el cine, la radio o la televisión de manera específica. Frente a las experiencias europeas, donde las motivaciones de inicio son muy variadas, en casi todas las experiencias latinoamericanas parece ser punto de partida común la necesidad de desarrollar la «criticidad» de los estudiantes, la capacidad de análisis crítico y creativo ante los mensajes de los medios de comunicación. Las diferencias entre los grupos responden especialmente a las corrientes ideológicas o a las líneas de investigación sustentadoras de las mismas. Así se puede distinguir los proyectos que conciben «el proceso educativo como generador de mecanismos de defensa que neutralicen el influjo de los medios», los proyectos que entienden la educación como un «develamiento de la ideología subyacente en los mensajes de los medios de comunicación masiva» y aquéllos que conciben la enseñanza como la «capacitación para apropiarse significativamente de los significados propuestos por los medios» (Miranda, 1992, 247).

En la actualidad, la creciente demanda de una educación que responda a las necesidades sociales, culturales y contextuales, promueve un proceso de transición afincado en partir de nuestra realidad y de nuestras características culturales, para que el proceso educativo desarrolle sus actividades estudiando, valorizando y sistematizándolas de manera que puedan ser incorporadas como medios y recursos didácticos en el sistema educativo plurinacional.